"COMPORTAMIENTO
EN LA MESA"
Cada familia tiene
unas normas respecto a los hábitos de comida que desea transmitir a
sus miembros. Conviene que, para una mayor adaptación e integración
en su comunidad, éstas participen de las normas generales y
socialmente establecidas.
HIGIENE:
Condición previa a la
comida es una correcta higiene de manos y el posterior lavado de los
dientes, sobre todo después de las comidas principales.
Es conveniente que los/as
niños/as sientan la necesidad de limpiar su boca y manos cuando
están sucias y que para ello utilicen la servilleta.
Otro comportamiento que
deberá aprender es no tirar comida fuera del plato.
Estos hábitos se pueden
iniciar desde edades muy tempranas, ya que inciden positivamente en
la salud y autonomía del/la niño/a.
POSTURAS:
Es importante enseñar
al/la niño/a a comer sentado/a y a permanecer en la mesa hasta
finalizar la comida. Hay que evitar posturas incorrectas y molestas
para los/las demás comensales (mantener la espalda erguida, no
apoyarse sobre los codos ni extenderlos ocupando un espacio excesivo,
etc.).
TIEMPO:
Los niños y las niñas
en edades tempranas carecen del sentido del tiempo, comen a cualquier
hora y lo hacen muchas veces sin que los padres los vean.
Es
preferible marcar unos horarios fijos de comidas, con cierta
flexibilidad, y procurar, en la medida de lo posible, que toda la
familia esté reunida y, como hemos expuesto antes,
de forma relajada y tranquila.
USO
DE UTENSILIOS:
El aprendizaje del uso de
utensilios para comer implica la adquisición de las costumbres o
hábitos que socialmente se consideran adecuados. No debemos olvidar
que, detrás del uso de los cubiertos en la mesa, está el desarrollo
de habilidades, estrategias y conductas que favorecen el desarrollo
de capacidades de autonomía importantes para la evolución del/la
niño/a.
El uso de la cuchara, el
tenedor y el cuchillo favorece el logro de la autonomía,
coordinación y control motriz de los pequeños/as.
En el momento en que se
observa que pueden utilizar la cuchara, hay que favorecerles su uso
sabiendo que, al comienzo y debido a su inmadurez, va a ensuciarse.
La actitud de los padres debe ser la de continuar este entrenamiento.
Poco a poco se irá
introduciendo el uso del tenedor, se continuará con la cuchara y el
de más difícil manejo, el cuchillo.
Con la bebida, se
iniciará al/la niño/a en el uso de la taza (dos asas, un asa) y del
vaso. Al mismo tiempo, hay que eliminar los hábitos que no
corresponden a su edad (por ejemplo, el uso del biberón, papillas y
purés a partir de los dos años).
Hacia los tres años
puede generalizarse el uso de cuchara y tenedor; sin embargo, será
necesario ayudar en la utilización del cuchillo hasta los 6 ó 7
años aproximadamente, dependiendo de la pastosidad del alimento y de
la calidad del cuchillo.
En nuestra sociedad se
permite tomar algunos alimentos sin el uso de utensilios (espárragos,
langostinos, costillas, etc.).
Ante conductas
inadecuadas, dudas, desconocimiento en estos aspectos de comida, los
padres pueden tomar referencia del comportamiento de otros/as
niños/as de la edad y/o consultar a los especialistas (educadores,
orientadores, pediatras...).
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